Colombia y Estados Unidos: Los retos para la relación bilateral durante el cierre del gobierno progresista
Al presidente Gustavo Petro le queda poco más de un año en el poder, y varios son los desafíos que debe afrontar en su relación con Estados Unidos, especialmente en materia comercial, donde se concentran las mayores tensiones.
Por: Argemiro Piñeros Moreno
Las relaciones entre el presidente, Gustavo Petro, y su homólogo en Estados Unidos, Donald Trump, han estado marcadas por la tensión, e incluso por una amenaza comercial que, aunque no se concretó del todo, tuvo efectos inmediatos para ambos países. Sin embargo, pese a los desacuerdos, la relación sigue siendo estratégica, lo que obliga a priorizar los desafíos comunes por encima de estos.
Trump asumió nuevamente como presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 2025 y tan solo unos pocos días después se desató la primera crisis. El detonante fue la negativa del presidente, Gustavo Petro, de recibir dos aviones militares con colombianos deportados desde ese país, en medio de la dura política migratoria implementada por el gobierno americano, que ya ha expulsado a más de 140.000 personas, según cifras de las Naciones Unidas.
La respuesta de Washington fue inmediata: la Casa Blanca anunció un incremento del 25% de los aranceles sobre todos los bienes colombianos que ingresan a Estados Unidos, con la amenaza de que aumentaría en una semana hasta el 50%. Además, Trump amenazó con suspender las visas a funcionarios del Gobierno colombiano. Petro respondió con medidas recíprocas, lo que elevó la tensión a su punto más alto.
Pero justo cuando se pensaba que la crisis iba a escalar más y más llegó el acuerdo que la dio por terminada. «Seguiremos recibiendo a los colombianos que retornen en condición de deportados, garantizándoles las condiciones dignas, como ciudadanos sujetos de derechos», se dijo a través de un comunicado, en el que se explicó también que se había dispuesto de un avión propio para facilitar los retornos.
Estas tensiones marcaron un antes y un después en las relaciones entre ambos países y aceleró, de alguna manera, el acuerdo que firmó meses después el Gobierno de Colombia con China para adherirse a la Nueva Ruta de la Seda, en la que figuran proyectos de transición energética, seguridad alimentaria, reindustrialización del sector salud, inteligencia artificial, tecnología y movilidad sostenible.
Lo que nuevamente provocó una ola de tensiones fue el anuncio hecho por la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, que advirtió que se opondrá a «proyectos recientes y futuros desembolsos» del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de otras instituciones financieras internacionales dirigidos a empresas chinas que operan en Colombia, por considerar que ponen en riesgo la seguridad regional.
Por eso, uno de los principales retos del gobierno Petro en este tramo final será mantener relaciones estables con Estados Unidos, pese a las tensiones comerciales y diplomáticas. Clara Inés Pardo Martínez, profesora titular de la Universidad del Rosario, explica que Colombia atraviesa un momento de crecimiento económico, con un Producto Interno Bruto (PIB) que creció un 2,7 % frente al mismo período de 2024. En ese contexto, Estados Unidos sigue siendo un socio comercial fundamental.

Representante Juan Fernando Espinal
“Se espera que el Producto Interno Bruto de Colombia siga creciendo. Y para eso se necesita que haya diversificación en las relaciones comerciales, fortalecimiento de la diplomacia empresarial, exploración de nuevos mercados y siempre hay que mantener un diálogo constructivo con Estados Unidos», explica la docente. Y agrega que, por eso, se espera que haya una correcta diplomacia y estrategia de diversificación entre ambos Gobiernos.
Con relación a la firma de adhesión a la Nueva Ruta de la Seda, la profesora explica que se trata de una estrategia de diversificación geopolítica y que, aunque la posición de Estados Unidos es respetable, debe manejarse con diplomacia. “Es importante que se evidencie una política exterior clara y que se continúe con la estrategia de diversificación. Hay que cuidar la cooperación económica y los proyectos de infraestructura que se han desarrollado con Estados Unidos, equilibrar los intereses nacionales y mantener la posición del país en el escenario internacional», explicó.
En materia política, analistas opinan que las relaciones podrían seguir enfriándose con el paso de los días; por eso, es importante mantener la diplomacia. “Las diferencias entre ambos mandatarios en temas sensibles como Venezuela, la lucha contra las drogas y la política de paz han empezado a debilitarlas”, explica Manuel Camilo González, profesor de Relaciones Internacionales de las universidades Javeriana y San Buenaventura.
Otro punto a destacar, es el duro golpe que recibieron cientos de organizaciones sociales y entidades estatales del país que desarrollan proyectos con comunidades vulnerables o afectadas por la violencia, debido a la decisión del gobierno de Donald Trump de suspender toda la ayuda internacional de su país, a través de organismos como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Para el académico, ese apoyo no cesará, pero se canalizará de una manera diferente.
“Lo que podemos anticipar para el futuro es que la ayuda, en cualquier sector, estará fuertemente condicionada por los intereses de la administración Trump. Ciertamente, estos intereses girarán en torno a la seguridad, particularmente en lo relacionado con la migración y la lucha militarizada contra las drogas, y mucho menos en temas que, por ejemplo, los partidos políticos han impulsado recientemente, como los derechos de las minorías o el cambio climático”, concluyó González.
En este escenario de tensiones diplomáticas, realineamientos geopolíticos y presiones comerciales, el gobierno de Gustavo Petro deberá manejar con cautela la relación con Estados Unidos para evitar así una crisis diplomática y comercial.
Hablan los representantes
Alejandro Toro (Pacto Histórico) considera que es fundamental que Colombia empiece a reducir la dependencia comercial con el gigante norteamericano y diversificar sus mercados. En ese sentido, apoya que el país siga buscando alianzas con mercados como el BRICS, un bloque conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Según el presidente de la Comisión Segunda, “estos países han consolidado una alianza económica con el objetivo de fortalecer el comercio, la inversión y la cooperación tecnológica entre economías emergentes, desafiando la hegemonía de Estados Unidos y la Unión Europea”.
Toro considera, además, que el presidente Gustavo Petro ha buscado en estos meses dignificar a las personas que, por múltiples razones, han sido deportadas o expulsadas de los Estados Unidos en virtud de las nuevas medidas dispuestas por el expresidente Donald Trump.

Representante Alejandro Toro
Una postura diferente tiene el representante a la Cámara por el Centro Democrático, Juan Fernando Espinal, quien considera que “a Gustavo Petro le quedan 14 largos meses de gobierno, y sin duda, un mensaje para él es que cuide las relaciones con los Estados Unidos, un país fundamental para la economía y el comercio de Colombia. Más del 35 % de las exportaciones llegan a los Estados Unidos: flores, banano, café, aguacate. Así que estamos en manos de Gustavo Petro”.
Para el representante antioqueño, es evidente que el mandatario colombiano es “muy indelicado con la diplomacia. Pero Estados Unidos es fundamental, y si bien ha estrechado sus relaciones comerciales con China firmando el manifiesto de la Ruta de la Seda, creo que el presidente Petro también es consciente de que no puede poner en riesgo las relaciones comerciales con los Estados Unidos”.
Resalta un asunto que, a su criterio, es fundamental: “Hay otra realidad. Nuestro partido, el Centro Democrático, tiene unas relaciones muy cercanas con el gobierno de los Estados Unidos, con el senador Marco Rubio. Y creo que, en este gobierno, algo que ha operado de manera importante para sostener algunas relaciones con otros Estados es la diplomacia parlamentaria. Esto, sin desconocer ni ir en contravía de las competencias constitucionales que establecen que la diplomacia y las relaciones internacionales están, siempre, en cabeza del presidente. Pero también, políticamente, pueden existir —obviamente— relaciones diplomáticas desde el Congreso de la República con otros países, como lo hemos hecho con Taiwán, con Marruecos, con Israel, con países que defendemos y con los que Petro es poco cercano”.

Comisión Segunda de la Cámara la ex-canciller Laura Sarabia hablo sobre la relación con los Estados Unidos (Prensa Cancillería)


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